Me llama la atención el señalamiento de que un sistema de votación electrónico podría ser "inconstitucional porque viola el requisito de la igualdad del voto." El argumento es que, por los problemas técnicos que presentan los equipos, no se cuentan votos emitidos legítimamente y que los analfabetos y ciertas personas con limitaciones no podrían votar con esos sistemas. Curiosamente, todo este "alegato" contra la modernización de nuestro sistema electoral parece estar basado en las dificultades que ha habido en Estados Unidos, pues el "experto" en derecho electoral admite que en Brasil, por ejemplo, el sistema ha funcionado bien. Hay otros países en los cuales no ha habido problemas mayores y, sin embargo, el colega insiste en concentrarse en la situación estadounidense, como si eso fuera el alpha y el omega del asunto. La lógica elemental dicta que hay que averiguar lo que se ha hecho en esos otros países para tener éxito.
Creo que no debemos rechazar formas nuevas de hacer las cosas, siguiendo ciegamente la experiencia o el modelo de Estados Unidos. En Europa, por ejemplo, hay sistemas cibernéticos y electrónicos superiores a los del Tío Sam, que facilitan la vida cotidiana de los ciudadanos. Mucho menos debemos sacar a relucir el "cuco" de la inconstitucionalidad, para condenarnos a un eterno atraso social.
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