sábado, 30 de abril de 2011

¡Protégete a ti misma!

Se siguen buscando remedios jurídicos para el problema de la violencia doméstica o de género, y dentro de ese contexto se asigna un papel principal a las órdenes de protección, que ahora se pretende que sean concedidas inmediatamente, a solicitud de parte. Los procedimientos sumarios siempre son algo arriesgados, por lo que tienen de contravención al debido procedimiento de ley. Pero, como ha dicho el Secretario de Justicia, el problema fundamental es que, con cierta frecuencia, son las beneficiarias de dichas órdenes quienes las anulan, permitiendo el acceso de la persona objeto de la prohibición. Bastante difícil resulta proteger a una persona a la que alguien está decidido a hacerle daño, para que la víctima entonces se ponga a tiro -- literalmente -- de su victimario.

Mientras ello sea así, -- entendidas las complejidades sicológicas de por medio --  habrá un número de muertes y otros daños que no se podrán evitar, independientemente de cuán buenas sean las órdenes judiciales y cuán rápidamente se expidan.

viernes, 29 de abril de 2011

Un disparate «extremo»

En una información periodística acerca de la devastación ocurrida en Estados Unidos a causa de los tornados recientes, se refieren a esta situación como una tempestad extrema. Pero, hombre, la «tempestad» siempre lo es, pues, de lo contrario, sería una ventisca o cualquier otra manifestación menor de mal tiempo. El término «tempestad» supone que se trata de una tormenta de fuerza extraordinaria.

Lo que ocurre en este caso -- como en tantos otros -- es que se ha calcado un término del inglés, que ya nos resulta conocido a través de la televisión por cable o satélite: "extreme weather", el cual engloba fenómenos atmosféricos de gran duración, intensidad y registros superlativos, inferiores o superiores, en las escalas de medición correspondientes.

Una vez más, insisto en que, usando el vocabulario preciso, se comunica lo que se quiere, sin necesidad de añadiduras.

jueves, 28 de abril de 2011

Una nota discordante

La investigación que se realiza de algunas figuras de los mundos deportivo y del espectáculo, como facilitadores del lavado de dinero de unos traficantes de drogas, deja al descubierto una práctica, cuando menos, cuestionable. El pago en efectivo de respetables sumas a unos cantantes y músicos, aun cuando no sea ilegal per se, debió alertar a quienes lo recibieron de que algo no andaba bien. ¿Qué razón válida tendría alguien para pagar $16,000 en efectivo a un cantante por una función? Una transacción por esa cantidad hecha de esa manera no tiene otra explicación que algún propósito ilegal de una o de ambas partes. Los artistas en cuestión no son niños, y debieron rechazar esa forma de pago...a menos que tuvieran su propia ilegalidad en mente, es decir, evadir tributar por ese dinero.

Tampoco puede alegarse que desconocían al sujeto que pagaba esos fiestones, pues hay prueba fílmica de que el hampón gustaba de subir a la tarima para recibir el aplauso del público por su generosidad, y su reputación era notoria. Que, por razones técnicas de derecho, no se proceda contra algunas de estas personas no evitará  que su buen nombre quede manchado, por haberse prestado para estas maniobras.

miércoles, 27 de abril de 2011

El pan [duro] de la enseñanza

Cunden los errores; hasta en la cocina. Hoy, una conocida chef nuestra nos explica: «Hay panes que no necesitan, (sic) ni mucho tiempo, (sic) ni mucho conocimiento, (sic) solo las ganas de hacerlo y saborearlo». Atendamos primero las dos primeras comas innecesarias, pues no hay razón gramatical para señalar una pausa. En el caso de la tercera, lo que hace falta es un punto y coma, ya que se trata de una pausa mayor, a la que sigue la explicación que se brinda al final de la oración.

Por otro lado, he resaltado en negritas la falta de concordancia con el sujeto «panes» en plural y estas dos formas verbales en singular, algo que acusa descuido en la expresión, pues es una cuestión muy elemental.

martes, 26 de abril de 2011

El juego de la verdad

De lo que se publica, no es posible emitir un juicio certero acerca de la controversia en torno a si el Ministerio Público retuvo indebidamente prueba exculpatoria en el caso de Arriaga, periodista radial juzgado por delitos de índole sexual con un menor de edad. La defensa, por supuesto, se enfrenta a unos hechos que no le son favorables, y busca sacarlo absuelto alegando un consentimiento que la ley reconoce, en principio, a quien haya llegado a los 16 años, para evitarse lo que coloquialmente podríamos llamar «sodomía técnica».

El principio de por medio es el deber del Ministerio Público de poner a la disposición de la defensa la prueba que pudiera resultar exculpatoria. Pero, la realidad es que ello se ve afectado por el sistema de adversarios de lo procesal penal, en el cual cada parte desea triunfar en lo que se ve como una contienda con visos deportivos, pues se habla de «promedio al bate», como si se tratara de un juego de béisbol, y en la cual cuentan mucho los triunfos, para subir peldaños en la escala profesional.

lunes, 25 de abril de 2011

Me han «dañado» el día.

Desde que, caracterizando a Dirty Harry, Clint Eastwood lo dijo en aquella película: "Go ahead, make my day!", la frase coloquial ha pasado a la cultura popular del planeta, significando la alegría o satisfacción que produce un suceso que compensa los pesares de la cotidianidad. Pero, de eso a decir «La Fundación Cabecitas Rapadas les [a los niños con cáncer] hizo el día» va un gran trecho, pues se trata de un calco feísimo. En otra época se hubiera dicho « se les alegró la existencia» o «se les arregló el día», pero lo que no cabe en modo alguno es el uso del verbo «hacer» en este contexto, ya que ninguna de las casi 60 acepcciones que registra el diccionario da lugar para ello.

Por lo pronto, a mí esto me ha «dañado» el día...

domingo, 24 de abril de 2011

Un verdadero «huevo» de Pascua

Estados Unidos, país que se jacta incesantemente de ser el más justo y libre sobre la faz de la tierra, mantiene prácticas bárbaras en muchos aspectos de su vida institucional. He aquí un ejemplito para este Domingo de Pascua.

La abuela de un confinado en Nashville por haber violado su probatoria de manera no violenta demandó a la empresa correccional --cojan los que favorecen la privatización -- por no haberle provisto servicios de salud mental y mantenerlo sin salir de su celda y sin bañarse durante nueve meses. El tribunal de primera instancia desestimó el pleito, pero ahora el de apelaciones lo ha revocado, para que se vea el caso en su fondo. El individuo padecía de sus facultades mentales, y la falta de baño tan prolongada, al igual que su encierro total, no pueden haberle hecho bien. (Yo, si paso un día sin bañarme, por culpa de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, soy capaz de «matar».)

Así que cojamos con pinzas cuando los americanos se rasgan las vestiduras ante las prácticas penitenciarias de otros países, pues las de ellos no son muy católicas que digamos.

sábado, 23 de abril de 2011

«Poniendo el grito en [la cueva]»

El lenguaje figurado es muy útil porque comunica mucho contenido sin necesidad de extenderse demasiado en la expresión, y además adorna y sazona lo que se dice. Pero, si no se tiene cuidado, mal utilizado, puede resultar absurdo e incomprensible. Hoy, se publica el siguiente titular: «Las cuevas: gritos que reclaman su valor». Pues, no sé de dónde sale esto. Una posibilidad es que se quiera comparar la cueva con una boca abierta, como en el famoso cuadro «El grito» de Edward Munch. Otra es que se quiso decir grietas, algo que sería más lógico, aunque no del todo apropiado para describir una cueva. O, sencillamente, se trata de un problema de sintaxis, pues lo que se quiso decir fue: «Las cuevas reclaman su valor a gritos», dado el abandono en que se tiene este recurso natural en nuestro país.

viernes, 22 de abril de 2011

Hay algo que no «cuadra».

Nunca ha quedado del todo claro el caso del estudiante de medicina puertorriqueño arrestado en España por ser «mula» de drogas llevadas desde Santo Domingo, y mientras más tiempo pasa, menos se entiende. Al principio parecía un caso sencillo, igual que muchos otros de esa clase. Luego, se planteó que el muchacho había sido obligado a llevar la droga en sus intestinos. Sobre esa base, se logró un acuerdo para que, según se ha dicho, el joven no admite «culpabilidad» pero lo expulsan del país y no le permiten regresar durante un periodo que fluctuaría entre cinco y diez años. Hace más dos meses que se acordó lo anterior, y no se ha producido la expulsión, supuestamente, por una dilación burocrática.

Pero, uno se tiene que preguntar, si el muchacho fue una «víctima» de unos narcontraficantes, y no tiene «responsabilidad penal» por estos hechos, ¿cuál es el fundamento jurídico de la sanción? Quizá la respuesta sea que, aunque no sea «culpable», el joven no es totalmente «inocente», y lo que se está haciendo es darle un escarmiento, para que, en el futuro, no se le ocurra colocarse en una situación que dé lugar a algo semejante a lo que le ha ocurrido.

jueves, 21 de abril de 2011

Medicina y teología

En estos días, voy al hospital con frecuencia, por motivo de una cirugía a mi esposa. Hoy me acompañó mi hijo, quien comparte mis inquietudes por el idioma. Fue él quien me señaló un pegadizo en la puerta de la habitación del hospital, en el que figuran unas indicaciones relativas a la forma correcta de manejar los desperdicios que pueden contagiar las enfermedades. En ese texto bochornoso se habla de «bolsas de resurrección» y de elementos alternativos a la «resurrección boca-a-boca».

Sé que hoy es Jueves Santo, por lo que el tema de la «resurrección» está en boca de los cristianos de todo el mundo, pero, como todo el mundo sabe, en este contexto, se trata de resucitación. La diferencia estriba en que la resucitación es devolver, con ciertos métodos y técnicas,  las funciones a una persona viva con muerte aparente; la resurrección es volver a la vida a un muerto, de lo cual sólo se conoce el caso que se celebra el próximo domingo en toda la cristiandad.

miércoles, 20 de abril de 2011

Cirujano «estrabiao»

He aquí un casito para todos ésos que se pasan diciendo que hay un abuso con los pobres doctores demandados por impericia profesional, y que las compensaciones que se piden son exageradas.

Érase una vez en Oregón un niño de cuatro años con estrabismo en el ojo derecho. Lo llevaron al médico, y éste decidió operarlo, para corregirle el defecto. El médico le operó el ojo izquierdo. Ahora el niño tiene los dos ojos estrábicos.

Madre o padre que me lee: ¿qué harían si fuera su hijo? ¿Decir «eso no es nada»? ¿Cuánto valen los ojos de ese nene?

martes, 19 de abril de 2011

Llamando la atención

Se anuncia la escenificación de la obra Llama un inspector, el clásico de J.B. Priestley cuyo título original es An Inspector Calls. De primera intención pienso que se trata del disparate nuestro de cada día, pues, en este contexto, el verbo calls no se refiere a llamar sino a visitar, de forma que ya no se estila, pero que por la época en que se escribió la obra --1945 -- y su procedencia inglesa se explica fácilmente.

No es la primera vez que se representa aquí. La recuerdo hace muchos años, pero, en aquella ocasión,  se titulaba Ha llegado un inspector. También se le ha llamado Ha venido un inspector. Por lo que he visto en Internet, se ha traducido también como Llama un inspector, título que me parece muy desafortunado, por lo que he explicado, si bien es cierto que, en el momento culminante de la obra, se produce una llamada telefónica, aunque no del inspector. 

lunes, 18 de abril de 2011

"She Had Her Day in Court."

La ex jueza asociada del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Sandra Day O'Connor, ha levantado críticas porque su activismo político y social choca con su desempeño como juez en tribunales de distrito y de apelaciones federales. Aunque retirada desde 2006, por una de esas anomalías del sistema de gobierno del país, a ella se le permite fungir como juez en esos niveles inferiores de la judicatura, a manera de «juez visitante». Hay quienes cuestionan la constitucionalidad de un arreglo como ése, dado que ella ya no es juez.

Pero, más allá de esta cuestión técnica de derecho, está el asunto de si ella debe ejercer esa función, a la vez que participa muy activamente en la discusión de asuntos públicos. Por un lado, doña Sandra actúa como «abogada» de ciertas causas y, por el otro, continúa en funciones adjudicativas. Es evidente el potencial para conflictos de intereses, además de la incompatibilidad de ambos desempeños en términos de su proyección pública.

Quizá es que la señora no se conforma con un retiro decoroso, y en ella prima un deseo de protagonismo que busca satisfacer. De cualquier modo, debe escoger una cosa o la otra, para evitar lacerar su imagen y, lo que es más importante, la confianza del público en su imparcialidad.

domingo, 17 de abril de 2011

Los «vivos» piden «directamente».

Desde que surgió la tecnología televisiva que permite grabar los programas y pasarlos luego, se hizo necesario distinguirlos de los que se trasmiten al momento de ocurrir. Así fue que se empezó a decir «en vivo», seguido, generalmente, de «y a todo color». Con el tiempo, y la ocasión de ver canales de otros países hispanohablantes, aprendimos que también se decía «en directo», para referirse a lo que no es grabado.

Pero, los boricuas --que nos distinguimos por la redundancia en el decir -- no nos conformamos con una de las dos maneras de comunicar esta idea. Hoy, la prensa, en artículo sobre los buscones de la religión por televisión, nos dice: «Evangelización en vivo y en directo».

Quizá se deba a que, como en este negocio del evangelismo hay tantos «vivos»...

sábado, 16 de abril de 2011

"Adding insult to injury"

Wal-Mart ha accedido a pagar $440,000 para transar un pleito por acoso laboral surgido en un Sam's Club en California, donde unos empleados mexicanos eran objeto de burlas diarias por razón de su origen. Lo más triste del caso es que las burlas provenían de un chicano, término con el que se conoce a los híbridos de mexicanos y americanos. Aunque los empleados se quejaron, la empresa no hizo caso. No fue hasta que se presentó una querella ante la Equal Employment Opportunity Commission que despidieron al empleado burlón.

Este caso es uno de muchos que ocurren en Estados Unidos, motivados por la xenofobia y el discrimen contra los latinos. Los americanos son muy dados a explotar económicamente a la gente de nuestros países, a quienes le añaden insult to injury. Ocurre también que ciertos latinos y otros extranjeros, en su afán de congraciarse con el «Gran Padre Blanco», asumen sus posturas casi esclavistas, para demostrar que son tan americanos como los blancos de ojos azules.

viernes, 15 de abril de 2011

¡Ajajay!

He aquí un error muy frecuente. En la noticia sobre el concierto de Plácido Domingo este próximo domingo, se destaca la participación de la directora de orquesta invitada Alondra de la Parra, de quien se dice que fue «la primera mujer mexicana en dirigir una orquesta sinfónica en Nueva York. Pues, muy bien por ella, pero bastaba decir «la primera mexicana», para que se comprendiera perfectamente que se trata de una mujer de ese país.

Insisto en que el afán de precisar o resaltar algo tiene sus límites, más allá de los cuales hacemos el rídiculo y demostramos nuestra ignorancia del idioma.

jueves, 14 de abril de 2011

Una tarjeta roja

La controversia acerca de la presentación de Lionel Messi en Puerto Rico pone de relieve la importancia de que se tenga claro el alcance y las formalidades de la contratación. En ciertos círculos - como los artísticos y de espectáculos - a veces se tiende a tratar estos asuntos con alguna informalidad y prisa, que luego dan al traste con las gestiones. Si bien los contratos verbales son válidos, la prueba de su existencia y de las condiciones resulta difícil, en comparación con la del contrato escrito. Obviamente, un «contrato» escrito suscrito por una sola de las partes no es tal cosa.

También es esencial que las partes se aseguren de que están capacitadas y, en ciertos casos, autorizadas para contratar, sobre todo cuando se trata de hacerlo a nombre o en representación de otra parte o de una persona jurídica o entidad pública o privada. De no estarlo, habrá responsabilidad por inducir a error a la otra parte contratante.

Igualmente, los tratos previos al otorgamiento de un contrato pueden dar lugar a responsabilidad civil, si, alentada por el proceder de una parte, la otra, con la expectativa razonable de que se concrete el negocio jurídico, incurre en gastos.

En el caso que nos ocupa, parece haber habido cierto descuido de parte y parte, al no observar las mejores prácticas en el ámbito de la contratación.

miércoles, 13 de abril de 2011

Un mal regreso

En la noticia de que a Dagmar, conocida artista nuestra, le ha surgido nuevamente la enfermedad que la aquejó, se lee: «Le regresa el cáncer». No es la forma más feliz para una infeliz noticia. «Regresar» supone volver al lugar de donde se partió o devolver algo. Como el cáncer original de Dagmar fue en la lengua, y el de ahora es en la garganta, ni siquiera de esta manera cabe lo de «regresar». Me imagino que el titulista ha pensado que, como «regresar» es «volver», podía usarlo en este caso, para significar que a ella le ha salido el cáncer nuevamente. Pero, lo que debió escribir fue «le rebrota, resurge o surge nuevamente el cáncer».

martes, 12 de abril de 2011

Un «señalamiento de error»

A la distancia, luce equivocada la decisión de no permitir el testimonio pericial sobre pederastia en el juicio que se sigue contra el joven que apuñaló al periodista radial con quien sostenía algún tipo de relación sexual. Por lo que se publica, el fundamento para excluir ese testimonio ha sido «evitar que el jurado se confunda». Me parece, sin embargo, que esa información podría resultar esclarecedora en este caso, en que hay una controversia sobre quién inició el contacto y de qué forma se condujo, sobre todo cuando la víctima ha aceptado públicamente que no es del todo «inocente», habida cuenta de sus inclinaciones homosexuales. La versión de la víctima es que fue «acosado» por el victimario, quien insistía en tener la relación homosexual. En este contexto, podría ser pertinente un testimonio pericial sobre el modus operandi de un pederasta, a fin de juzgar su credibibilidad con respecto a estos hechos. En todo caso, unas buenas instrucciones al jurado podrían poner el testimonio en su justa perspectiva, sin privar a los jueces de los hechos de esa información.

Si, como es de esperar, el joven es declarado culpable, seguramente, la decisión de excluir este testimonio será parte del señalamiento de errores en apelación.

lunes, 11 de abril de 2011

Hasta en el café...

Esta mañana, cuando me disponía a prepararme el café, vi algo que me acabó de despertar. En el paquete de harina de Café D'Aquí se lee: «Café puro escogido del más selectivo grano». El error debe ser evidente para cualquiera que tenga un conocimiento mínimo del español. «Selectivo» es aquello que tiene la capacidad de escoger o seleccionar; «selecto» es lo que tiene fama de ser de lo mejor entre una categoría de cosas. Obviamente, la empresa cafetalera de Utuado se refiere a lo segundo.

Lamentablemente, nuestro desconocimiento del español queda evidenciado en el etiquetado de productos y en la publicidad comercial. Este café exhibe en su empaque el sello de «Hecho en Puerto Rico»... mal hecho, diría yo.

domingo, 10 de abril de 2011

«Dirty» Judge

En Montana - uno de esos sitios en los que todavía viven como en el mítico «Viejo Oeste» - recién han acusado a un juez de paz encargado de atender casos de «guiar bajo los efectos», por guiar bajo los efectos de metadona. El juez, quien es un policía retirado, se dirigía a su oficina para celebrar una boda. Llama la atención que estos hechos ocurrieron en noviembre del año pasado.

Como se sabe, la metadona es una droga que se usa para tratar a los adictos a sustancias controladas como la heroína, así que hay que presumir que el juez lo es.

Ese pueblo necesita que llegue Clint Eastwood y lo limpie a tiro limpio...

sábado, 9 de abril de 2011

«Es bueno el culantro, pero no tanto.»

Veíamos anoche uno de esos muchos programas de cocina en la TV, cuando el cocinero le añadió cilantro a lo que preparaba. Entonces, yo, recordando los días de mi infancia, cuando veía a mi madre cocinar, dije en voz alta: culantro. Mi esposa dominicana, cuyos indiscutibles méritos culinarios han quedado recogidos en su libro El arte del cocinao, «invadió mi territorio» pretendiendo corregirme. Le dije que se podía decir de ambas formas, pero ella insistió en que lo de «culantro» era un regionalismo, forma fina de achacarnos a los boricuas un disparate. Entonces, hice lo que, como abogado, debí hacer desde el principio: busqué el Diccionario de la RAE, y allí le mostré, muy orondo, culantro y, para remachar, culantrillo, término que también conocía por mi mamá.

En el resto de la noche, no me ofrecieron ni una meriendita...

viernes, 8 de abril de 2011

Otros dos «suicidios» en la carretera

Un nuevo dictamen judicial en un caso de tránsito vuelve a causar desazón, extrañeza y frustración. Un conductor ebrio que manejaba a exceso de velocidad impactó un vehículo, causándole la muerte a dos niños que iban de pasajeros. Inexplicadamente, la juez lo declaró culpable de manejar en estado de embriaguez nada más. Ergo, los niños se «suicidaron». Aparentemente, - porque, como de costumbre, no se ofrecen explicaciones para estas decisiones - el conductor tenía la luz verde a su favor, aunque parece que el semáforo no funcionaba bien, lo cual explicaría la «imprudencia» del otro conductor. Por supuesto, un conductor sobrio, transitando a velocidad prudente, pudo haberse percatado de la situación y evitado la tragedia. Pero, todo parece indicar que la juez creyó que la «negligencia» del otro cancelaba la del conductor ebrio que volaba bajito, criterio tan sorprendente como errado.

El hecho de que el causante de las muertes sea un policía plantea la sospecha de trato especial. Este caso ha tardado cerca de dos años, y en la esfera administrativa de la Policía aún está pendiente, como si el asunto fuera un «misterio teologal». He dicho antes que en nuestro país parece haber una renuencia institucional a condenar severamente a los causantes de muertes en «accidentes» de tránsito.

Decía un viejo profesor de Derecho que los abogados y los hombres casados siempre tenemos que dar razones. Los jueces - y las juezas, para complacer a las feministas furibundas - deben explicar decisiones como la de este caso, en que no se trata de un mero choque sin mayores consecuencias. Si las razones son buenas, no debe haber inconveniente en darlas. De lo contrario, se da margen a especulaciones que le hacen daño al Poder Judicial, minando la confianza y el respeto que lo legitima socialmente.

jueves, 7 de abril de 2011

Más poder

De vez en cuando, ocurren cosas que me dan esperanza acerca del estado del español en esta tierra. Hoy, en reunión muy grata con la Directora Administrativa de los Tribunales y personal de su Oficina, la juez Vélez Colón manifestó su propósito de «rescatar» el término Poder Judicial como uso oficial, en vez de Rama Judicial. Además de ser la primera la forma en que nuestra Constitución se refiere al tercer estamento del gobierno de forma republicana, nos vincula con la nomenclatura del mundo hispánico del cual somos parte. Lo de Rama viene del concepto Branch, de raigambre norteamericana.

Ahora, aprovechemos para hablar de acta, en vez de «minuta»; aplazamiento, en vez de «suspensión» y audiencia, en vez de «vista», entre otros términos judiciales, y le daremos más «poder» a nuestra lengua en los tribunales del país.

martes, 5 de abril de 2011

El olvido como «defensa»

Ha vuelto a ocurrir. Esta vez, toda una ginecóloga, ya madurita y con tres hijos, se«olvidó» del más pequeño, de poco menos de tres años y lo «cocinó» durante cinco horas dentro de su automóvil. Inmediatamente ha salido un coro de amigos y de profesionales de dudosa capacidad a exculparla, señalando los primeros un larguísimo catálogo de virtudes, y teorías psicológicas que explican lo inexplicable los segundos. Una psiquiatra se ha puesto hasta bíblica, citando aquello de que «el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra».

Pues, aquí va.

No hay que estar libre de pecado para decir unas cuantas verdades. En primer lugar, éste es el cuarto caso desde 2005 que se registra en nuestro país. Creo que debemos empezar a pensar en la posibilidad de que se esté desarrollando un patrón criminal, lo que los americanos llaman copycat crimes. Es decir, alguien ve que una forma de cometer un delito da resultado, y la copia. He dicho antes que en mis muchos años de vida - todos los cuales se han dado en la era del automóvil - no recuerdo estos incidentes antes de 2005.

Independientemente de ello, lo cierto es que la responsabilidad primaria materna o paterna es velar por la vida y el bienestar de los hijos menores de edad. Hasta nuestro derecho civil lo reconoce, al designar el más alto nivel de cuidado en la sociedad como el que tendría un «buen padre de familia». Todos los que tenemos hijos conocemos ese  afán protector. Por eso, resulta incomprensible la falta de atención de una madre en estas circunstancias. El hecho de que no fuera ella quien llevaba el niño al cuido regularmente es una explicación tontísima de su negligencia. (Yo, que no hago la compra generalmente, no la dejo en el auto cuando voy al supermercado.) Me parece que precisamente porque no es lo usual es que uno se fija más y está más pendiente.

Repito lo dicho hace algún tiempo: hay un grado de negligencia que es criminal. La muerte de un menor de edad indefenso no se puede despachar con frases como «incidente desgraciado». Estas muertes no pueden seguir quedando impunes. Mientras no haya consecuencias penales severas para estos «descuidos», seguirán ocurriendo con pasmosa frecuencia.

lunes, 4 de abril de 2011

Falso pudor

Por poco se me olvida comentar algo que vi en el periódico de hace unos días. En un artículo acerca de una obra teatral se decía que los actores aparecerían «libres de ropa». Aunque he señalado antes esta manía de «libre» de esto y de lo otro - en parte por influencia del inglés free of o free from -  esto de la ropa me ha parecido el colmo. He dicho antes que los eufemismos tienen su función, sabiamente usados. Pero, se hace el ridículo cuando, en vez de decirse estar desnudo, se inventa una cosa como «libre de ropa».


Dejemos las tonterías. Llamemos las cosas por su nombre, sin caer en la vulgaridad, por supuesto. El desnudo en el arte no es algo que tengamos que disfrazar o vestir con el ropaje de expresiones absurdamente mojigatas. 

domingo, 3 de abril de 2011

«Tirando piedras»

La escritora Mayra Montero se ha unido al coro que denuncia la decisión del Tribunal Supremo de Puerto Rico que excluye a los adúlteros de la protección de la ley contra la violencia doméstica, pero, en ello, incurre en un error que es preciso señalar. Montero afirma que el resultado de la decisión es dejar desprovista de un remedio adecuado en ley a las adúlteras porque, según ella, «tienen que conformarse con remedios mucho más flojos e imperfectos». Veamos si eso es cierto.

En la Ley 54, sobre violencia doméstica, se dispone una pena de delito grave de cuarto grado en su mitad superior cuando se comete maltrato por fuerza física. De acuerdo con la normativa penal, se trata de una pena entre 6 meses y 3 años, es decir, 1 año con nueve meses. De cometerse maltrato agravado, la pena será de delito grave de tercer grado, en su mitad inferior, es decir entre 1 y 4 años, de un posible 1 a 8 años.

El Código Penal, por su parte, dispone que una agresión grave, apareja una pena de delito grave de cuarto grado, es decir, la de entre seis meses y tres años. A ello hay que agregarle las circunstancias agravantes que surgen del hecho de la superioridad física del hombre sobre la mujer o los medios empleados para agredir, lo cual aumentará la pena.

Como puede verse, no hay tal disparidad entre las penas que pueden imponerse por una u otra normativa.

En su obvio desconocimiento del Derecho, Montero insiste: «Si hubiera otras herramientas o remedios en ley que protegieran como es debido a las víctimas, no se habría creado la Ley 54, ni las salas especiales para atender estos casos.» Las hay; lo que ocurre es que la violencia doméstica - por el acceso del victimario a la víctima y la dinámica de su relación - tiene otras manifestaciones que es preciso atender de manera particular. Pero, el asunto de la agresión física - que es lo que estaba de por medio en este caso - puede ser atendido adecuadamente por el derecho penal general.

No obstante lo dicho anteriormente, concuerdo con los que señalan que la ley de violencia doméstica debe aplicar a cualquier pareja, esté casada o no lo esté. Pero, los fundamentos de las críticas deben ser correctos en Derecho. Lo contrario es, como decíamos cuando yo estudiaba abogacía, «tirar piedras».

sábado, 2 de abril de 2011

De mapos y mopas

Este día de limpieza casera, entre escobas, recogedores y otros implementos, me llevó a pensar en las formas distintas con las que nos referimos a las mismas cosas en el mundo hispanohablante. Por ejemplo, los puertorriqueños nombramos mapo al utensilio para limpiar el piso luego de barrerlo. Pero, es el caso que, por lo que dice el diccionario, este implemento es mopa, del inglés mop. Lo cual me recuerda que, cuando yo era niño, el piso se limpiaba con un trapo - primero a mano, y luego con un palo -  por lo que se hablaba de trapearlo. Cuando, con el tiempo, nos «modernizamos», usando el mapo, se pasó a decir mapear, variante nuestra del mopear en las casas sucias de otras latitudes.

En fin, que, con tanto hablar de limpieza, me he tenido que sentar a descansar con una cervecita fría...

viernes, 1 de abril de 2011

Decir la verdad para juzgar la verdad

El examen a los candidatos a jurado en el juicio contra el ex representante Farinacci es típico de lo que ocurre en estos procesos. Tomados de la comunidad, los candidatos reflejan las virtudes y los defectos del común de las gentes, en un procedimiento que depende, en gran medida, de la sinceridad de los interrogados. Sospecho que algunos que se muestran muy sinceros en admitir sus prejuicios lo hacen para de esa forma asegurarse de que serán rechazados, evitando así quedar comprometidos por un tiempo incierto, mientras desatienden sus asuntos. Otros lo hacen por temor a represalias de elementos del bajo mundo. Por supuesto, están los que por alegado prurito religioso «no juzgan a otro», cosa que dudo mucho que mantengan en su vida personal. Ésos son los que presumen de ser parte de «mi reino no es de este mundo», viendo con desdén la justicia terrenal.

En fin, este voir dire - algo así como «a decir verdad» - es el cernimiento de personas capaces de juzgar una causa «sin ánimo prevenido», afán de la justicia imperfecta del ser humano.