sábado, 23 de abril de 2011
«Poniendo el grito en [la cueva]»
El lenguaje figurado es muy útil porque comunica mucho contenido sin necesidad de extenderse demasiado en la expresión, y además adorna y sazona lo que se dice. Pero, si no se tiene cuidado, mal utilizado, puede resultar absurdo e incomprensible. Hoy, se publica el siguiente titular: «Las cuevas: gritos que reclaman su valor». Pues, no sé de dónde sale esto. Una posibilidad es que se quiera comparar la cueva con una boca abierta, como en el famoso cuadro «El grito» de Edward Munch. Otra es que se quiso decir grietas, algo que sería más lógico, aunque no del todo apropiado para describir una cueva. O, sencillamente, se trata de un problema de sintaxis, pues lo que se quiso decir fue: «Las cuevas reclaman su valor a gritos», dado el abandono en que se tiene este recurso natural en nuestro país.
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