Se anuncia la escenificación de la obra Llama un inspector, el clásico de J.B. Priestley cuyo título original es An Inspector Calls. De primera intención pienso que se trata del disparate nuestro de cada día, pues, en este contexto, el verbo calls no se refiere a llamar sino a visitar, de forma que ya no se estila, pero que por la época en que se escribió la obra --1945 -- y su procedencia inglesa se explica fácilmente.
No es la primera vez que se representa aquí. La recuerdo hace muchos años, pero, en aquella ocasión, se titulaba Ha llegado un inspector. También se le ha llamado Ha venido un inspector. Por lo que he visto en Internet, se ha traducido también como Llama un inspector, título que me parece muy desafortunado, por lo que he explicado, si bien es cierto que, en el momento culminante de la obra, se produce una llamada telefónica, aunque no del inspector.
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