A la distancia, luce equivocada la decisión de no permitir el testimonio pericial sobre pederastia en el juicio que se sigue contra el joven que apuñaló al periodista radial con quien sostenía algún tipo de relación sexual. Por lo que se publica, el fundamento para excluir ese testimonio ha sido «evitar que el jurado se confunda». Me parece, sin embargo, que esa información podría resultar esclarecedora en este caso, en que hay una controversia sobre quién inició el contacto y de qué forma se condujo, sobre todo cuando la víctima ha aceptado públicamente que no es del todo «inocente», habida cuenta de sus inclinaciones homosexuales. La versión de la víctima es que fue «acosado» por el victimario, quien insistía en tener la relación homosexual. En este contexto, podría ser pertinente un testimonio pericial sobre el modus operandi de un pederasta, a fin de juzgar su credibibilidad con respecto a estos hechos. En todo caso, unas buenas instrucciones al jurado podrían poner el testimonio en su justa perspectiva, sin privar a los jueces de los hechos de esa información.
Si, como es de esperar, el joven es declarado culpable, seguramente, la decisión de excluir este testimonio será parte del señalamiento de errores en apelación.
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