Se anuncia un programa de televisión titulado "Hijos de cero a 20", supongo que sobre los problemas de la crianza. Lo que resulta risible es lo del "cero" para referirse, me imagino, a los niños que no han cumplido el año. Ese afán de precisión es, francamente, ridículo. No hay tal cosa como un hijo de "cero" años; los niños no son "vehículos de cero kilómetros", como los anuncian en las televisoras argentinas cuya programación vemos. En todo caso, se trata de recién nacidos o criaturas de meses.
Me parece que esto viene de esa manía - por cierto, muy americana - de querer abreviarlo todo; esa misma que ha producido el "9/11" y el "24/7." Estas expresiones taquigráficas pueden ser muy útiles para comunicar un mundo de significados, pero hay que tener cuidado para no abusar de ellas, cayendo en resultados absurdos o, incluso, incomprensibles. En este caso vale la pena decir "Hijos hasta los 20", pues se oye más humano, sobre todo para un programa que transmite la emisora de la Iglesia Católica, defensora de la familia y la dignidad del individuo.
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