lunes, 29 de octubre de 2012

«No hay pero que valga»

No es la primera vez que lo señalo, pero me veo obligado a hacerlo nuevamente. Es parte de ese desconocimiento de nuestra lengua sobre el cual insisto constantemente. Hoy se lee el siguiente titular periodístico: «Fumar mata, pero dejarlo es beneficioso». Hombre, claro que sí; por eso es que no hay pero que valga. Evidentemente, el titulista no conoce la función o el significado de esta conjunción. «Pero» se usa para contrastar; para señalar que, a pesar de una realidad, hay otra situación que también lo es. Ocurre que, en este caso,  que sea beneficioso dejar de fumar es consecuencia de que fumar mata. Por lo tanto, debió decirse «fumar mata, por lo que dejarlo es beneficioso». Por otro lado, hubiera tenido sentido decir «fumar mata, pero es muy difícil dejarlo».

Cuando no se manejan correctamente elementos tan sencillos como éste en el español, no se puede decir que lo hablamos o lo escribimos.

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