martes, 25 de enero de 2011

No confundamos los términos.

Para los que duden de que, como he dicho varias veces, aquí se habla en español, pero no español, vean esta declaración del Superintendente de la Policía, acerca de los imputados de fraude a un seguro: «Les están enseñando a sus hijos cuando cometen este tipo de fraude falta de identidad y de valores.» Creo que a Figueroa Sancha le está afectando el gas pimienta que gusta de rociarle, a la menor provocación, a estudiantes, periodistas y demás ciudadanos. Porque lo que esa gente ha dado podrá ser una falta de honradez o integridad, pero no de «identidad».

La falta de vocabulario y de fluidez en la expresión lleva a muchos a utilizar cualquier vocablo para intentar comunicar una idea. Es, lamentablemente, una seña de identidad nuestra como hablantes del español en una tierra que no lo valora lo suficiente y vive sometida a una omnipresente interferencia lingüística del inglés, factor que contribuye de manera importante al empobrecimiento del vernáculo entre nosostros.

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