Los americanos, que se jactan tanto de que sus procedimientos jurídicos y judiciales son modelos que el resto de la humanidad debe seguir, los aplican como les da la gana. Ahí tienen ustedes el caso del argelino que estuvo detenido en Guantánamo desde 2002 y no fue hasta noviembre de 2009 que se resolvió su habeas corpus, recurso extraordinario en Derecho con el que se cuestiona la legalidad de una detención. En enero de 2010, el tribunal ordenó que el individuo fuera repatriado, pues, obviamente, no tenían pruebas en su contra ni se las pudieron «fabricar» en todo ese tiempo. No ha sido hasta hace dos días que se ha cumplido la orden judicial.
Así de vapuleado está el estado de Derecho en lo que muchos ignorantes insisten en llamar «la gran nación americana», a pesar de éste y otros múltiples ejemplos de tercermundismo oficial.
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