Una y otra vez he dicho que hay unos profesionales de nuevo cuño que, en su afán de distinguirse, adoptan un lenguaje rebuscado, para disimular la falta de sustancia en lo que dicen o fingir una profundidad conceptual en cosas sencillas. Uno de estos «consultores» escribe sobre el conflicto entre el trabajo y la vida personal, haciendo referencia a un estudio en el que dos universidades «recomiendan a las empresas a (sic) aprender a gestionar el conflicto entre roles de sus empleados...» No sé el lector, pero yo no le haría caso alguno a alguien que diga un disparate como éste. Evidentemente, este consultor no ha consultado el diccionario, porque, de haberlo hecho, sabría que el verbo «gestionar» no tiene cabida ahí. De hecho, nadie de cierta edad y preparación debería tener que buscarlo en el diccionario. Cualquier mortal sabe que debió decirse atender, manejar, resolver o solucionar el conflicto aludido.
Cualquiera... menos estos «expertos».
No hay comentarios:
Publicar un comentario