domingo, 3 de julio de 2011

¡Asombroso!

Con la «renuncia forzada» -- despido, realmente -- del Superintendente de la Policía se produce una ensarta de disparates de orden lingüístico. Se le atribuye a Figueroa Sancha haber dicho: «Estoy en shock, pero tranquilo. Realmente, mi salud lo necesita». Quien está en shock soy yo. Veamos.

Cómo se puede estar en shock y tranquilo a la vez, me lo tienen que explicar. Hay que suponer que, a pesar de su supuesto problema de salud,  Figueroa no se refiere a la condición física conocida con ese término, pues hubiera estado en peligro de muerte. De manera que a lo que se refiere es al estado emocional, que, de no haber trabajado tanto tiempo en el FBI, pudo haber descrito como asombrado, estupefacto o patidifuso. Por otro lado, si realmente tiene un problema de salud, entonces debería estar agradecido de que lo relevaran de un cargo tan física y mentalmente oneroso.

Realmente, el país está aliviado con su despido.

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