domingo, 31 de octubre de 2010

Tres «papas podridas»

La prueba tiene que haber sido contundente para que un jurado de Idaho haya condenado a tres de los de ellos por acosar a uno de los nuestros.  Claro que, en honor a la verdad, trabajo le dio al Estado probar esa culpabilidad, pues hubo que celebrar dos juicios anteriores - uno se anuló y en el otro el jurado no se pudo poner de acuerdo -  para que a la tercera fuera la vencida.

Y es que no puede ser fácil que en ese Midwest que ellos jactanciosamente llaman America's Heartland le crean a un latino más que a un americano de sangre y corazón.  En este ambiente de xenofobia exacerbada que se vive en Estados Unidos los extranjeros llevan las de perder, más que de costumbre.  Así que nuestro compatriota es minoría allá dos veces: por ser puertorriqueño y por haber conseguido que se le hiciera justicia.

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