Con cierta frecuencia, la gente en la vida pública habla de sí en plural, algo que resulta, a veces, ridículo. Por ejemplo, hoy se publican declaraciones del legislador acusado de violencia doméstica, que manifiesta: «Vamos a salir bien.» ¿Sí, él y quién más? Que se sepa, el único acusado es él. Me parece una forma de escurrir el bulto, refiriéndose a un «nosotros» difuso y elíptico, en vez del «voy» que corresponde, pero con el cual se singulariza la responsabilidad, en este caso, penal.
A veces se justifica el uso del plural por parte de un candidato o un incumbente, cuando se trata de una campaña o un esfuerzo en el cual el sujeto se ha visto acompañado por sus ayudantes y otra gente que lo apoya. En esos casos, como una fórmula de cortesía, y en reconocimiento a esa adhesión, procede que se diga «vamos a ganar» o «hemos triunfado».
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