viernes, 1 de octubre de 2010

«Licencia para matar»

La Policía de Puerto Rico continúa infligiéndose heridas graves en su otrora «honroso Cuerpo».  Los incidentes mortales que ha protagonizado en días recientes la han puesto en entredicho ante la opinión pública.  La calidad personal y profesional de sus miembros resulta cuestionable, habida cuenta de un proceder que luce falto de criterio e innecesariamente violento en sus intervenciones.  El desafuero parece haber sustituido el uso legítimo de la fuerza en situación tras situación.  Es como si la consigna inarticulada en el desenvolvimiento policial fuera tirar - a matar - primero y preguntar después.

He dicho antes que el afán de tener un contingente enorme de policías ha llevado a un reclutamiento poco selectivo y a un adiestramiento muy corto y superficial.  Hay, francamente, mucha chusma con uniforme, y si a eso se une el uso de esteroides, que aumentan el grado de agresividad - evidente en el físico de los integrantes de la División de Operaciones Tácticas, cariñosamente conocida como la Fuerza de Choque - ahí se tiene el caldo de cultivo para la delincuencia policial que vive el país.

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