Hace poco editaba un texto en el cual el autor, en el contexto positivo de los méritos de una persona, usaba la palabra baldón. A pesar de su preparación académica y de su cultura, el autor había incurrido en una equivocación producto de una confusión con el término blasón. Una oportuna consulta al diccionario le hubiera revelado que lo primero es «oprobio, insulto o palabra afrentosa» y lo segundo, «honor».
Palabras como éstas, que no son de uso frecuente, requieren una mirada al diccionario, para asegurarnos de que el uso que pretendemos darle es el correcto.
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