Ni mandado a hacer. La vida real me proporciona los ejemplos todos los días. Ayer, el periódico trajo un suplemento del grupo Agenda Ciudadana, entidad de la sociedad civil que quiere aportar a solucionar los problemas del país, con el título: «La educación que aspiramos: hacia un proyecto de país». Pues, veo mal la cosa. A pesar de sus buenas intenciones, esta buena gente debe aspirar a expresarse correctamente. Si bien uno aspira aire o un aroma, cuando se trata de algo que se quiere conseguir, se aspira a ello. Por lo tanto, el título debió ser: «La educación a la que aspiramos...», que no es mucho pedir.
Para que el «proyecto de país» esté bien encaminado...
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