No se debe abusar de las palabras, usándolas injustificadamente. Hoy se publica una noticia con el titular «Atropello a dos ancianos». Cuando se lee, se trata de que una pareja de viejitos enfermos o con algún impedimento no encontró espacio para estacionar, de los reservados para esa población, cuando fue a pagar el agua, porque el que hubiera estado disponible lo ocupaba una máquina de mover carga.
Claro que es una pocavergüenza, pero, de eso a un atropello va mucho trecho. «Atropellar» supone el uso de la fuerza, la coacción o la intimidación para el despojo de un derecho. No surge de la noticia que la indiferencia con la que se trató a estos ancianos llegara a configurar un verdadero atropello.
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