jueves, 12 de abril de 2012
No hay ambiente
Hoy se celebraba una actividad sobre el tema «justicia ambiental». Aunque no pude asistir, debo suponer que la conclusión es que no hay, ni hay ambiente para que la haya. Los pasados 20 años han sido nefastos para el ambiente natural en nuestro país, pues el gobierno ha estado en manos de gente que representa los intereses económicos que creen que la contaminación y la siembra de cemento son indicadores de progreso. En su desenfreno desarrollista, han desmantelado el ordenamiento protector del ambiente, otorgando permisos de construcción a voluntad, sin detenerse ante consideraciones ecológicas. Lo único verde de estos gobiernos es el color de los billetes a los que son exageradamente afectos. Ahora, para colmo de males, se disponen a aprobar unas disposiciones penales para complacer a los industriales, en virtud de las cuales será casi imposible probar un daño ambiental. Añádase el pronunciamiento reciente del Tribunal Supremo, según el cual hay que esperar a una hecatombe para tener capacidad para acudir al tribunal por un daño al ambiente, y se verá que la justicia ambiental es casi inexistente en nuestro país.
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