El uso del lenguaje metafórico y en sentido figurado exige cierto rigor, para evitar expresiones que no responden a lo que se quiere decir verdaderamente. El titular «El debate ético y moral sobre la pena de muerte es un fantasma que vuelve a asomarse en la isla» es ejemplo de lo dicho. El «fantasma» no es el debate, sino la pena de muerte impuesta por obra y gracia de la jurisdicción de Estados Unidos en nuestro país. La metáfora del fantasma es claramente negativa, como corresponde a la pena capital. El debate no lo es, pues la discusión siempre es positiva, ya que permite examinar los méritos de una cuestión. Por supuesto, en nuestro caso, el asunto quedó adjudicado constitucionalmente en 1952, por voluntad de los puertorriqueños. La única razón por la cual se discute de vez en cuando es su aplicación selectiva por parte de los americanos en su tribunal aquí. Tan ilegítima una cosa como la otra.
Ése es el fantasma permanente que recorre nuestra patria hace 114 años...
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