lunes, 6 de febrero de 2012

Sigue el relajo...

Sigo compartiendo los términos sorprendentes, que parecen disparates pero no lo son. Cuando vi que existe familiatura, pensé que se había inventado para referirse a la costumbre política de emplear familiares en la Legislatura. Y no estaba muy lejos de la verdad, pues la palabra, que se remonta a la época de la Inquisición, tiene algo que ver con el empleo de familiares en el ámbito religioso.

En ese mismo contexto de la fe, aparecen las extrañas voces fervorar y fervorizar, obviamente relacionadas con el ardor con el que se siente la convicción religiosa.

Y cierro con el vocablo firmón, aplicado a quien firma descuidadamente o sin escrúpulo un documento ajeno, que el diccionario ejemplifica con la frase abogado firmón, habida cuenta de la mala fama -- justa o injusta -- que tenemos los abogados.

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