Sigo con los verbos «raros». Aunque puedo entender que quien elabora quesos sea un «quesero» y donde los prepare sea una «quesería», que el hacer quesos sea quesear me parece demasiado. Aunque soy enemigo de los circunloquios, y favorezco la economía expresiva, a veces es mejor utilizar una frase que describa una acción, que un verbo tan ridículo como éste.
La existencia de un sustantivo da lugar a otras palabras relacionadas, que resultan curiosas. «Quiniela», por ejemplo, tiene varias acepciones relativas a juegos de azar o deportes en los que se apuesta. Apuesto a que usted no sabía que puede decirse quinielero, quinielista y quinielístico.
Entonces, si «quiste» es algo malo o negativo, ¿cómo es que quistarse es hacerse querer o llevarse bien con los demás?
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