«Las apariencias engañan» también en el lenguaje, como vamos viendo últimamente en este espacio. Por ejemplo, cualquiera diría que iludir es eludir mal escrito, pero no es así. Tiene su «certificado de ciudadanía» lingüística, con el significado de «burlar», que algo tiene de «eludir».
Otro verbo que parece improbable es infernar, que, para algunos creyentes, es causar la condenación del alma, y para los descreídos, fastidiar y mortificar en el plano puramente terrenal.
Y en este mundo de tantos «ismos», para que no falte, tenemos intrusismo, con el significado de una intrusión muy particular, la de ejercer una profesión sin estar autorizado para ello, algo de lo que me podrían acusar los lingüistas debidamente certificados.
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