martes, 30 de noviembre de 2010

No calumnia quien dice la verdad.

El crimen del niño Lorenzo sigue dando de qué hablar, y tanto se habla que se habla mal en todos los sentidos. Hoy el periódico cita a una ciudadana que, conmovida por las visitas de la madre del niño a la tumba de éste, ha dicho : «Aquellas lágrimas gruesas que yo vi creo que son sinceras. Uno no puede levantar falsas calumnias contra nadie.» Como las calumnias son, por definición, falsas, las «falsas calumnias» son forzosamente ciertas.

Por supuesto, no podemos atribuirle conocimiento de tal sutileza lógica a la ciudadana de a pie. Lo más probable es que se confundió de imagen, pues quiso decir que no se deben levantar falsos testimonios ni mentir, como reza uno de los diez mandamientos que figuraban en las tablas de la ley que Moisés bajó del monte.

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