Si no se tiene cierto cuidado, la expresión puede resultar ambigua o equívoca. Véase este titular: «Padre se lleva la menor tras recogerla en casa de su madre.» Dicho así, no sabemos si se trata de la madre del padre o de la menor. Para evitar esa confusión, debió decirse «en casa de la madre de ésta» o «la madre de la niña».
Si bien la brevedad es deseable, no puede ser a costa de que no nos entendamos claramente. A veces es necesario añadir unas palabras, para tener el mensaje claro. En esta época de un afán desmedido por la comunicación «telegráfica» cibernética, podemos ser breves pero siempre claros, si prestamos un poco de atención al sentido de la expresión.
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