Poniendo por delante la presunción de inocencia, hay algo que, de ser cierto, pinta mal para él en el caso del maestro de educación física acusado de actos lascivos con unas estudiantes. Según se informa, los hechos ocurrieron porque él «necesitaba unas medidas para unos uniformes». Hay que suponer que él fue quien tomó esas medidas. ¿Por qué? ¿No hubiera sido más lógico y prudente, tratándose de unas adolescentes, buscar a una mujer para hacer esa labor? ¿No bastaba con encargar a las jovencitas a que buscaran por su cuenta, con sus madres, esa toma de medidas? De haberse hecho algo así, se hubiera evitado el contacto físico que es de suponer ha dado lugar a esta denuncia.
En este sentido, el acusado da la impresión de que buscaba precisamente la ocasión de contacto, razón por la cual va a ser difícil darle el beneficio de la duda razonable.
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