martes, 5 de enero de 2010

No se quieren ni ellos mismos.

La noticia de que en Estados Unidos ha habido un incremento dramático en el número de amenazas contra la fiscalía y la judicatura federales debe resonar acá, donde muchos piensan que las autoridades federales son algo así como «el regalo de Dios al mundo». Evidentemente, hay un malestar muy grande en esa sociedad con la administración de la justicia penal en el ámbito federal. Dejando a un lado a los facinerosos de siempre, no es arriesgado suponer que el proceder del ministerio público y del estrado federal levanta pasiones malsanas en su contra, probablemente porque se les percibe como arbitrarios e injustos.

Acá en la colonia no nos debe sorprender la inquina contra la magistratura federal y sus procuradores, prepotentes hasta donde dice Made in Washington, D.C. Conjuntamente con su policía - el FBI - hace tiempo que son the people we love to hate, y obviamente, no estamos solos en eso.

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