martes, 15 de enero de 2008

Un runrún

En este país, tan dado a chismes y maledicencias, frecuentemente se habla de rumorar o rumorear, sin hacer la distinción necesaria. En su origen, ambos vocablos tienen la misma raíz: el sonido sordo y vago de cosas o voces. Naturalmente, el rumor humano no es otra cosa que ese decir un tanto indefinido sobre algo o alguien. Es, en buena medida, una alegación; algo que no se ha confirmado, por lo que se dice sotto voce. El caso es que, acá en América, la forma que se emplea es rumorar, quedando la otra para los otros sonidos graves e imprecisos que suele producir la naturaleza o el ser humano, ajenos al buen nombre y la reputación de los demás.

No hay comentarios: