Vivo con la vergüenza ajena de ver por todos lados las faltas de ortografía de las cuales está cundío nuestro país. "Marc Anthony y Jennifer López zurcan los cielos como Aladino y Jazmín..." nos informa la prensa. Ya sé que Jennifer le hace olvidar a uno hasta el nombre, pero, francamente, debieron poner surcan, que no es un vocablo tan extraño.
La cosa es contagiosa, pues, hace poco, en una de esas megatiendas, vi un letrero que anunciaba una razuradora último modelo. Tuve que hacer un esfuerzo para no cortarme las venas con una navajita bota y oxidada. Parece que quien escribió el anuncio nunca se ha rasurado la cara, si es hombre, o las piernas, si es mujer. Mucho me temo que, en este caso, la confusión venga del término razor, pues el producto es fabricado en Estados Unidos y, probablemente, se trate de una traducción de la publicidad original.
Sé que este problema no es exclusivo de Puerto Rico, pero me duele ver esta clase de ignorancia tan expuesta a la vista de todos, incluso de visitantes de otros países. Las escuelas, tanto las privadas como las públicas, han hecho un trabajo pésimo en la enseñanza del español. Un país en donde tanta gente no sabe escribir palabras tan sencillas no merece llamarse hispanohablante.
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