La noticia de una nueva redada que atrapó a unos supuestos terroristas islámicos - ¿es que hay otros? - en España me produce cierto grado de suspicacia. Primero, porque esto ya es un suceso casi semanal en todo el mundo, lo cual supone que hay terroristas hasta en la sopa. Francamente, me parece inverosímil que haya tantos, o que se multipliquen como güimos, pues mientras más apresan, más salen. Creo, más bien, que mucho de esto es una estratagema de los gobiernos para justificar sus prácticas represivas y meter en cintura a los sectores liberales y progresistas. En este caso, por ejemplo, ya tuvieron que soltar a dos de los arrestados porque no los pudieron vincular con esas actividades delictivas. Es una historia que se ha repetido muchas veces en estos últimos siete años. La mera sospecha se ha convertido en "motivos fundados para creer que se ha cometido un delito." Luego, se suelta a los detenidos, sin siquiera una disculpa.
Claro que hay terroristas y hay que combatirlos, pero es evidente que el hombre blanco de Occidente y el hemisferio norte está aprovechando este momento histórico para "limpiar la casa" de elementos de ese mundo de gente oscura de Oriente y del sur que le resultan indeseables. Para ésos, la legalidad tiene otros contenidos y definiciones. Lo que no hay es Derecho ni Justicia.
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