lunes, 21 de enero de 2008

Ni delantero ni trasero

Hoy me hago eco de un viejo señalamiento del admirado profesor don Alfonso García Martínez, firme defensor del español y demás cosas nuestras, para protestar por una manía muy fea en el habla popular puertorriqueña. A modo de ejemplo, la prensa, al contarnos sobre un premio a Puerto Rico, por su lucha contra la pena de muerte, nos dice: "Una delegación del patio recibió el galardón..." A don Alfonso le indignaba ver a nuestro país reducido a un "patio." A mí también. Me parece que es una mala costumbre, que surge de ese complejo de inferioridad que aqueja a muchos puertorriqueños. Todo lo nuestro lo tenemos que "chiquitear" o menospreciar; de ahí que las cosas de este país son "locales", nunca "nacionales." Tenemos tanto miedo de parecer nacionalistas, que nos regodeamos en la pequeñez territorial, síntoma de pequeñez espiritual.

Puerto Rico es nuestra casa; modesta y pequeña, pero es una casa. No somos patio ni trastienda de otros, no importa lo poderosos y ricos que puedan ser. Desterremos de nuestra habla - y, sobre todo, de nuestro pensamiento - todo aquello que nos achique y desmerezca como pueblo. Dejemos el patio para celebrar los triunfos de la casa puertorriqueña.

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