La Oficina de Asuntos Monopolísticos del Departamento de Justicia anda indagando sobre los efectos de la compra de 20 farmacias El Amal por parte de Walgreens. De lo que informa la prensa surge que se trata de una especie de "descubrimiento de prueba", para ver si se afecta y cómo la competencia en el rubro de farmacia en nuestro país. Francamente, me parece que la pesquisa no debe tomar mucho tiempo ni sus resultados ser una sorpresa. Con esas 20, Walgreen$ tendrá 90 locales en estos 100 x 35, y eso en la London School of Economics o en el Departamento de Ciencias Económicas del Recinto Universitario de Mayagüez es abusivo. La estrategia es clara: en Puerto Rico sólo habrá una farmacia; también habrá una sola tienda: Wal-Mart.
El problema de la lucha contra estos dos gigantes es que el gobierno, en su afán de ser un mero "facilitador" de la actividad económica privada, se ha convertido en un himen complaciente de los grandes intereses, protegiendo a los pequeños y medianos comerciantes más de boca que otra cosa, y dejándole caer alguna que otra migaja. Y si acaso algún pujo soberanista los pasa de la raya, ahí está la cancha de la Calle Chardón, donde los equipos con uniformes en inglés siempre llevan las de ganar.
En fin, se puede apostar a que, sea como sea, la transacción va. ¿Acaso las colonias están para alguna otra cosa que no sea su aprovechamiento económico? El país entero se nos convierte en una "sucursal" de esa gran cadena, United States of America, en la que "the business of America is business."
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