Llama mi atención la foto de unos policías esposando a un anciano que, según el calce, intentó iniciar una huelga de hambre en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento de Culebra, en estos días centro de una controversia legal. No sé qué otra cosa haya hecho el viejo, que amerite la medida extrema de su arresto y la puesta de esposas, pero, si se trata del ejercicio de su derecho constitucional a la protesta pacífica y pasiva, ello no justifica la acción policiaca.
En estos días, en que se celebra el legado de Martin Luther King, incluso con el estreno de la película Selma, acerca de la gesta de desobediencia civil hace 50 años en Alabama, resulta irónico que los agentes del orden público utilicen la fuerza y otras medidas represivas contra un ciudadano que expresa su descontento o indignación por un asunto de interés público como es la provisión de los servicios de salud por parte de una entidad privada que da muestras de arbitrariedad y capricho.
En última instancia, ¿qué mejor sitio para hacer una huelga de hambre que un centro de salud?...
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