domingo, 25 de enero de 2015

Ni tanto ni tan poco

Los eufemismos, juiciosamente utilizados, tienen su función legítima. Hay cosas que dichas tal como son, se piensan o se sienten resultan contrarias al mejor desenvolvimiento de las relaciones humanas. De ahí que, sin faltar a la verdad, sea aconsejable usar palabras menos crudas o gráficas para expresarnos. Por supuesto, su abuso no es deseable, si se hace para encubrir realidades importantes que deben ser conocidas en toda su extensión o gravedad.

En época reciente ha habido una proliferación de términos eufemísticos para referirse a condiciones físicas o mentales, así como a situaciones de desventaja económica o social. Ahí se tienen, entre muchísimas otras, invidente, niños de educación especial y comunidades especiales, como si ciego, retrasados mentales y pobres fueran insultos o faltas de delicadeza personal.

Digamos y escribamos la verdad con respeto, sin disfrazarla o encubrirla innecesariamente.

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