A veces, una letra más o menos entre dos palabras se traduce en una diferencia significativa, incluso discriminatoria. Pongamos por caso
barragán y
barragana. Lo primero es «mozo soltero» y hasta «esforzado y valiente». Pero, lo segundo es «concubina» y, aun cuando sea «mujer legítima...de condición desigual y sin el goce de los derechos civiles». Casi nada. Razón tienen las feministas al señalar que el mundo está lleno de discrimen contra la mujer. No hay derecho a que se hagan estas distinciones por una letrecita.
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