No sé si sea conveniente autorizar a los optómetras a recetar medicamentos y realizar ciertos procedimientos oftálmicos, como pretende un proyecto de ley. Depende de si el entrenamiento de los optómetras los capacita para ello, y sobre esto hay controversia. Lo que me parece que debe rechazarse es el argumento de que procede esta aprobación porque 46 estados de Estados Unidos lo han hecho. Si bien el derecho comparado y la experiencia ajena son elementos válidos para sopesar en una toma de decisión de esta naturaleza, ése no puede ser el criterio rector. Hay que examinar los méritos intrínsecos del asunto, independientemente de lo que se haya hecho en otras latitudes. No podemos dejar que otros piensen por nosotros.
La pereza intelectual que esta costumbre de legislar por copiete acusa se une a un programa ideológico que busca incorporar la legislación de Estados Unidos adoptándola poco a poco. No está lejos el día en que amaneceremos con todas las leyes federales vigentes en Puerto Rico, en una anexión de facto en lo jurídico, aunque no en lo político, pues no habrá diferencia sustancial alguna entre las leyes de allá y las de acá.
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