Cuando algo se pone de moda, resulta muy difícil contrarrestarlo. Hace cerca de cinco años, cuando comenzaba este espacio, denuncié el uso innecesario del término carjacking para referirse a un robo de vehículo. En aquella ocasión señalé que, si el delito incluía la toma del dueño, entonces se trata de un robo y rapto o secuestro. Lo que importa es que se trata de un medio de transporte del cual se apoderan ilegalmente con su dueño o pasajeros en tránsito, como ocurre con el hijacking, que se aplica originalmente a la toma de un avión, por ejemplo.
Ahora sucede que somos tan disparateros que hemos inventado el término "homejacking" para referirnos a los robos domiciliarios. Hombre, como no sea que se trate de una de esas casas móviles, y que el pillo se la lleve con la familia adentro... O que la levante de sus cimientos por las cuatro esquinas... no veo cómo se pueda aplicar el concepto a este delito, que ni es nuevo ni ha surgido en un país anglohablante. Así que dejémonos de esta imbecilidad de estar nombrándolo todo en inglés, como si fuérmos víctimas de "brainjacking."
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