Leo que la agente del orden público que investiga el caso de Manny Manuel está a punto de darse por vencida en su afán de que el cantante declare acerca de su alegado «atropello» por parte de un conductor que se dio a la fuga. Hace rato que todos «sabemos» que no hubo tal cosa, y que los golpes recibidos por MM tienen otra explicación, una, cuando menos, muy embarazosa para él. Su obstinado silencio es el testimonio elocuente de ello.
Tiene razón ella cuando afirma que a Manuel no se le puede obligar a declarar. Aun cuando su versión fuera cierta, si no tiene interés en el asunto, nada puede hacerse. Tampoco si fue víctima de una golpiza, y no la quiere denunciar. Debe apuntarse, sin embargo, que, al informar que había sido arrollado, denunció un delito y puso en movimiento el aparato investigativo del Estado, lo cual, si se trata de una falsedad, constituye un delito menos grave.
Por supuesto, nada se hará sobre el particular. Bastante castigo tiene con sus golpes, una carrera artística en declive y el descrédito público.
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