A Dayanara Torres, la ex Miss Universo, le han «caído chinches» en estos días por unos alegados comentarios hechos por ella acerca del aprendizaje del español de sus hijos, y su deseo de que vayan a España para un mejor aprovechamiento, algo que se tomado como un menosprecio de lo que podrían aprender aquí.
Pero, hombre, si es que la mujer tiene razón.
El español de Puerto Rico es un desastre, como queda evidenciado por los ejemplos cotidianos que recojo en este espacio desde 2007. Nuestro vocabulario es limitado, desconocemos la gramática, nos falta fluidez en el decir, y la redacción, aun entre las clases profesionales, es horrenda. Si no fuera así, este espacio llevaría de título Derecho, y no estaría yo a punto de publicar un libro titulado Bitácora de la buena escritura, con una selección de lo que he escrito aquí sobre el tema en estos años.
Lo que los puertorriqueños tenemos que hacer es admitir nuestras carencias, deficiencias e insuficiencias en el uso del español, y proponernos firmemente superarlas. «Tan feo como tan franco».
1 comentario:
Esta vez estoy en desacuerdo con tu «franqueza». El español de Puerto Rico es tan bueno como —para no decir mejor que— el de España. Quien no lo crea, que lea «Defensa apasionada del idioma español», de Álex Grijelmo, presidente de la agencia Efe, y, quien lo mismo que tú, es un vigilante incansable del uso del español. Allí veremos que los dislates y errores que señalas en este blog, comparados con los que cometen los españoles, son peccata minuta. Pese al asedio del inglés, en términos generales, en Puerto Rico hablamos muy buen español. Pero, esto, reconozco, es cuestión de opinión.
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