Hay disparates viejos y otros nuevos. Con frecuencia, la modernidad se manifiesta con ciertos neologismos francamente absurdos e innecesarios. Ambas cosas surgen de un mensaje a página completa en el periódico sobre la reglamentación del negocio de la gasolina en Puerto Rico. Allí se lee: «El objetivo de ambas medidas es envigorizar la Industria con el fin de beneficiar al consumidor puertorriqueño». Quizá sea porque el mensaje lo publica The Energy Committee of Puerto Rico que ha tomado el término invigorate del inglés y lo ha «traducido» como ese adefesio destacado en negritas. Quizá la Comisión Energética de Puerto Rico hubiera dicho vigorizar, que es lo correcto en español.
Pero, la interferencia ligüística del inglés no acaba ahí. Al pie de página, aparece, a manera de identificación del mensaje -- como si fuera necesario -- la palabra Advertorial, evidente híbrido de advertisement y editorial, producto de la misma gente que inventó lo de infommercial, combinación de information y commercial. Si en inglés se trata de una palabreja para tratar de darle sustancia a lo que no pasa de ser un anuncio, en español es un barbarismo totalmente inaceptable y ridículo.
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