viernes, 17 de junio de 2011

«[Des]amor en el caserío»

No confundamos las cosas. La joven que ha sido intervenida por las autoridades por lo que en un principio se creyó era un abuso sexual contra su criatura de un año no está limpia de polvo y paja, a pesar de que esos cargos no prosperaron. De hecho, por lo que se ha publicado, lo que dio margen a la confusión acerca del origen de las laceraciones que presentaba la criatura es la condición insalubre en la que vive esta joven de 19 años -- ahora embarazada nuevamente --  junto con otro niño de tres años.

El colega que la defiende trata de culpar al gobierno, achacándole discrimen porque ella es pobre y reside en un residencial público. Pero, esos residenciales están llenos de personas igualmente pobres que no viven en la inmundicia. Mejor defensa puede ser la falta de capacidad mental de la muchacha, algo que el abogado da muestras de querer establecer con su solicitud de una evalución psiquiátrica de ella.

En cualquier caso, en el ejercicio del poder de parens patriae, el Departamento de la Familia -- maltrecho como está -- debe tener la custodia provisional de los niños, pues es claro que su madre no está en condiciones de cuidarse y cuidarlos adecuadamente. Y de una vez, deben ir pensando en esterilizarla...

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