Todos los días se «aprende» algo. Hoy leo este anuncio: «Hospitalistas para el Hospital de Nuestra Señora de Fátima...». Pues, resulta que la palabreja, calcada del inglés hospitalist, lleva como 15 años dando vueltas por ahí, pues a alguien se le ocurrió que a los médicos que prestan servicios exclusivamente en los hospitales había que darles un título cachendoso, para que la gente no siguiera pensando que eran mediquitos de segunda categoría, por no tener un consultorio propio.
Así que, ahora, estos «especialistas» en medicina de hospitales se unen a los emergenciólogos y a los intensivistas - no es broma - para brindarnos la mejor atención médica.
¡Si hasta le dan deseos a uno de hospitalizarse...!
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