En estos días, revisando un texto que edito, me tropecé con el uso de la palabra «asequible» en un contexto un tanto dudoso, ante la posibilidad de que lo correcto fuera «accesible». Entonces, hecha la averiguación pertinente, determiné que la distinción consiste en que «accesible» se refiere a la facilidad o falta de ésta de llegar a una persona o a un lugar, mientras que «asequible» es lo que se puede conseguir, por ejemplo, por compra. Por lo tanto, este último término se reserva para cosas u objetos. Si bien una persona «accesible» es alguien que se puede «conseguir», no se trata del mismo sentido en el que se «consigue» algo que se adquiere por compra, con el fin de poseerlo.
Éste es solamente un ejemplo de palabras que tienen un sentido general parecido pero diferencias apreciables que deben ser tomadas en cuenta.
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