sábado, 10 de noviembre de 2007

Una cuestión de orden

Me empieza a preocupar esto de omitir el primer apellido y referirse a la gente por el segundo, a la usanza norteamericana, pero incorrecto en español. Mi cuñado, newyorican irredento tras casi 40 años en Puerto Rico, siempre se ha referido a Carlos Romero como Barceló. Lo bonito del caso es que mi hermana, nacida y criada aquí, por ese mimetismo que lleva a los boricuas a copiar todo lo que oyen y ven, aunque sean disparates, lo repite como el papagayo. Peor aun, mi madre que, a sus casi 86 años, apenas ha salido dos veces de nuestro país, luego de vivir dos años en casa de mi hermana también le dice Barceló a Romero.

Yo creía que se trataba de un fenómeno atribuible a ese contacto con el inglés y los modelos anglosajones que la colonia nos impone, pero ahora me percato de que en España se estila referirse al Presidente del Gobierno como Zapatero. Así que el Rodríguez ha casi desaparecido del discurso público. ¿Será que la gente cree que Rodríguez es un apellido muy común o poco distinguido, algo así como el Ruiz de Picasso? Por mi parte, soy Alberto Medina Carrero, aunque transijo por Alberto Medina. Lo que nunca consentiré es ser Alberto Carrero. Ni por mi madre.

1 comentario:

José Fernando Velázquez dijo...

Más que usar el primer apellido, nuestra costumbre verdaderamente es otra, cuando nos referimos al ilustre y folclórico ex gobe. Puedes sugerir a tus familiares que, a la usanza muy boricua, en lugar de Barceló le digan caballo. :-)