He escuchado y leído a algunos compañeros independentistas referirse a Estados Unidos como la metrópolis en esta relación colonial. Lo correcto es metrópoli, aunque el desliz resulta entendible. La primera se refiere a una gran ciudad; la segunda, a la nación que sojuzga a otra. Claro que en la metrópoli hay, cuando menos, una metrópolis o ciudad principal que, en la mayoría de los casos, será la sede del gobierno. En nuestro caso, el poder metropolítico cuenta con varias metrópolis. Hasta cierto punto, es cuestionable que Washington, D.C. alcance esa categoría, pero Nueva York, Chicago y Los Angeles ciertamente lo son.
En fin, lo que importa es acabar con la colonia, para así desterrar de nuestro suelo, de una vez y por todas, ese arcaísmo, metrópoli, con todas sus metrópolis.
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