Escucho de boca de, incluso, personas "leídas y escribidas": "yo soy de los que creo tal o cual cosa." Debe ser "yo soy de los que creen..." La confusión surge porque se mezclan el yo creo y la referencia a otras personas que comparten ese mismo convencimiento. Lo que ocurre es que esas personas de las cuales el hablante dice formar parte creen. Es una cuestión de pura lógica del lenguaje, manifestada en la correspondencia de número entre el sustantivo y el verbo.
Este es un ejemplo de la forma irreflexiva en que hablamos y escribimos en nuestro país. El descuido es la orden del día, y no parece haber interés ni voluntad de alcanzar una corrección mínima en el uso del español. La expresión pública es pedestre, y la juventud se enajena en una embrutecedora jerga internacional que augura el empeoramiento de la comunicación en nuestra lengua.
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