Se nos convoca al diálogo social, con muchas buenas intenciones, pero en un lenguaje lleno de hojarasca retórica. Véase uno de los por cuanto: "Las encrucijadas socioeconómicas y éticas que encara el Puerto Rico que tenemos para construir, desde la diversidad y la equidad, el Puerto Rico que queremos, requieren actuaciones desprendidas y concertadas de todas y todos los que compartimos este archipiélago de sueños y realidades." ¿Qué significa ésto? En todo caso, no son las "encrucijadas" las que requieren las actuaciones que se describen, sino el salir de ellas, tomando uno u otro camino. Por otro lado, ¿un archipiélago de sueños y realidades?
Hay que tener cuidado cuando se usan metáforas, de modo que no se mezclen ideas dispares o no se sea consecuente en el resto de la elaboración de la idea que se quiere comunicar. El intento de ser elegante o poético puede resultar en cursilería o ridiculez, si no se manejan bien los elementos culturales que lo hacen posible. El diálogo social debe ser, ante todo, claro, sin circunloquios, ofuscaciones y rebuscamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario