Nuestra Asamblea Legislativa continúa con la costumbre de aprobar casi todas la leyes con vigencia inmediata, algo que resulta, a todas luces, ineficaz y problemático. Con una que otra excepción, los estatutos requieren ajustes, cambios o modificaciones administrativas para su plena implantación. En el mejor de los casos, ello toma algo de tiempo internamente en agencias gubernamentales y en coordinación interagencial. La realidad es que hace mucho que no estamos en el mejor de los casos, debido a los despidos, las jubilaciones y las renuncias masivas, todo ello forzado por las políticas gubernamentales de austeridad. Por lo tanto, hay mucho menos personal para hacerse cargo adecuadamente de la carga que suponen unas responsabilidades adicionales y nuevas.
No se puede legislar «de escritorio», sin considerar la realidad de las consecuencias prácticas de lo que se dispone. Lamentablemente, es algo que nuestros legisladores insisten en hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario