Leo en un anuncio de una empresa de cortinas interiores: «¡Pre-ordene la suya!, y estoy a punto de llamar para averiguar cómo se hace eso. Porque uno puede pedir una cotización o estimado para algo así, y luego ordenar o pedir que se la fabriquen. Lo que no entiendo es cómo se puede ordenar de manera previa, que es lo que sería «pre-ordenar».
Es que vivimos en un mundo en el que, como muy bien dijo el célebre comediante George Carlin, se «pre-abordan» los aviones y hay «pre-ventas» de boletos para ciertos espectáculos. Todo esto para dar la sensación de que se es alguien especial, cuando se tiene acceso a estas cosas. El comercio aprovecha el afán de distinción de la gente, y se inventan estos disparates, que se riegan como un mal rumor.
Pensándolo bien, no voy a «pre-ordenar» nada, no vaya a ser que tenga que «pre-pagarlo»...
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