Ayer, en un artículo sobre la flamante jueza del Tribunal Supremo de Puerto Rico, se le cita: «Todavía estoy en shock. Todavía estoy muy en shock. No me lo creo. Es una cosa surreal, bien surreal, hermoso, muy emocionante, difícil de poner en palabras». Evidentemente... sobre todo en palabras bien hilvanadas e inteligibles.
Dejo a un lado el uso cuestionable de la palabra shock, no solo por el anglicismo, sino por lo hiperbólico que resulta en este contexto. También el hecho de que el estado emocional de shock es una condición extrema y no admite gradaciones; por lo tanto no se puede estar un poco o «muy» en shock.
La joven jueza piensa en inglés, por lo que calca el surreal de esa lengua, que en la nuestra no existe. En todo caso, debió decir que era algo surrealista. En inglés, surreal se usa para referirse a algo extraño, irreal, onírico, raro, con base en el movimiento estético hecho famoso por Buñuel y Dalí, entre otros.
En fin, no creo que la juez Oronoz vaya a mejorar la redacción institucional del Tribunal Supremo. Sobre la jurídica, está por verse.
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