Ahora queda claro por qué los americanos son locos con los polacos del papa Juan Pablo II. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos acaba de confirmar que Polonia colaboró con la CIA entre 2002 y 2005, proveyéndole las instalaciones y servicios de tortura para los «detenidos» ilegalmente en la llamada guerra contra el terrorismo. Entiéndase que los americanos, muy ladinamente, buscaron lugares fuera de su territorio nacional para la fechoría de violar todas las normas de Derecho Internacional y de su propia Constitución, apresando a quienes les diera la gana, sin respetar nociones básicas de debido procedimiento de ley. Los polacos -- que en esto no son muy católicos que digamos -- se prestaron para esto. Es decir que a los muy santurrones, luego de la caída del «comunismo ateo» y malo, ahora los americanos se los encontraban muy buenos para que les hicieran el trabajo sucio de la detención ilegal y la tortura.
Con la bendición de San Juan Pablo II, es de suponer...
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